Sin viticultores no habrá Rioja
Para cambiar las cosas hay que mojarse en vez de levantarse de la mesa dejando que los problemas se arreglen solos o que los arreglen otros
Eduardo Pérez
Presidente de ARAG-Asaja
Viernes, 4 de abril 2025, 23:05
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Eduardo Pérez
Presidente de ARAG-Asaja
Viernes, 4 de abril 2025, 23:05
Hace pocos días, escuché a un compañero de ARAG-Asaja, viticultor como yo, contar que la historia de su familia estaba estrechamente ligada al viñedo. ... Descendía él de una estirpe de gente humilde y trabajadora, vareada por la vida y por las circunstancias que le obligaron a emigrar a tierra lejanas cuando aquello de la filoxera. Pero volvió y, cuando lo hizo, quiso dedicarse a lo que más amaba: la viña. Y salió adelante. Hoy su descendiente, mi compañero, recordaba todo aquello con palabras de esperanza: si nuestros bisabuelos y abuelos salieron de aquellas, ¿por qué nosotros no vamos a hacerlo de ésta?
Quiero pensar que sí, que vamos a conseguirlo. Esa es la obsesión de todas las personas que trabajamos en ARAG-Asaja defendiendo los intereses de los viticultores, no solo en el Consejo Regulador, que también, sino en cada uno de los pueblos de La Rioja.
Si hace años fue la filoxera lo que hizo que muchos se plantearan marcharse y dejarlo, hoy es la pérdida de rentabilidad. Una pérdida de rentabilidad motivada por un descenso mundial del consumo del vino y las decisiones políticas que han querido convertirlo en un enemigo para la salud. El exceso de producción y el desequilibrio entre la oferta y la demanda, han hecho el resto. Las bodegas tienen, como se dice, la sartén por el mango. Pueden elegir qué uva comprar, a qué viticultor comprar y a qué precio. Y mientras no volvamos al equilibrio, los viticultores tendremos las de perder porque seguiremos perdiendo rentabilidad. Para recuperarla hace falta medidas, medidas efectivas y reales. Las soluciones mágicas no existen. Para cambiar las cosas, como dicen querer algunos, cosas como el Consejo, hace falta mojarse el culo.
En ARAG-Asaja defendemos dos cuestiones claves para recuperar ese equilibrio. La primera es el control de la masa vegetal, por eso conseguimos paralizar la liberalización de plantaciones hasta 2045. También reclamamos que se pusiera en marcha la medida de cosecha en verde y destilación que ha permitido la eliminación de 26,15 millones de litros a través de la primera y de 29,79 millones de litros a través de ésta última en 2024.
Y somos la única organización agraria que ha trabajado desde el inicio para llevar a cabo la medida de arranque voluntario e individualizado de viñedo y de carácter definitivo para dar una salida digna a aquellos viticultores que han decidido abandonar. Hemos reclamado su articulación a todas las administraciones posibles: la regional, el MAPA –sin que, desgraciadamente, Planas se haya dado de momento, por aludido– y la UE. Precisamente en Bruselas nos reunimos con varios representantes de las instituciones europeas vinculadas al vino para tratar este asunto. Un asunto, el del arranque, del que ya se habla en Europa y creemos que está cada vez más cerca. Ojalá sea una realidad en 2026. Para que así sea, nuestra organización se entregará a fondo durante los próximos meses.
La segunda bandera de nuestra organización es la calidad. Creemos que es la clave. Pero la calidad hay que pagarla y premiarla. El esfuerzo del viticultor debe verse recompensado por la bodega que le compre esas uvas. Debe ser un trato limpio. Calidad sí, pero bien pagada. Además, hemos presentado un proyecto para el control del origen de los vinos a través de resonancia magnética nuclear para que no haya ninguna duda de que Rioja sea Rioja y de calidad.
Y sobre todo, y ante todo, conseguimos algo histórico: que la aportación del sector productor al presupuesto del Consejo Regulador fuera la mínima realizada hasta la fecha. Debían ser las bodegas quienes asumieran la mayor parte del presupuesto destinado a promoción en un año tan importante para la DOCa Rioja como el de su centenario. Para ello, presentamos un acuerdo con 25 medidas que incluía ésta y la medida del arranque, entre otras. El acuerdo fue aprobado por mayoría, aunque hubo organizaciones agrarias que se negaron a apoyar estas medidas que benefician a los viticultores. Para cambiar las cosas hay que mojarse en vez de levantarse de la mesa dejando que los problemas se arreglen solos o que los arreglen otros.
La Interprofesional del Vino, entidad que dirige el Consejo Regulador, se renovará a finales de abril. Durante todo el mes, los viticultores tendrán que entregar sus acreditaciones. Elegir, en definitiva, a la organización que les representará los próximos cuatro años. ARAG-Asaja es la organización agraria que más apoyo ha conseguido en todos los procesos de renovación. Por eso es la organización más fuerte, fiable y profesional, gracias al apoyo de los viticultores y viticultoras que la sienten como su casa.
Ahora más que nunca, confía en ARAG-Asaja para que pelee por tus intereses como lo venimos haciendo desde hace muchos años. Elige ARAG-Asaja porque sin viticultores no hay Rioja.
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