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Domingo, 9 de abril 2023, 02:00
Cuatrocientos días después de la brutal invasión rusa de Ucrania, el conflicto, que ha adquirido una dimensión geopolítica excepcional, parece enquistado, incapaces sus principales protagonistas de encontrar una salida diplomática o una victoria militar. El futuro de la guerra sobre el terreno es incierto porque, ... mientras la gran superioridad numérica rusa no se traduce en el campo de batalla, el ejército ucraniano, con una importante pero limitada ayuda militar occidental, sólo puede resistir e impedir el avance del invasor. La atención internacional está centrada ahora en el papel de la China de Xi Jinping, cuyo plan de paz e intensa actividad diplomática se han convertido en la única esperanza de impulsar una negociación que conduzca a la paz. Sin embargo, la realidad parece apuntar a que Pekín desarrolla un peligroso doble juego. Porque mientras realiza declaraciones apaciguadoras y llamamientos al diálogo entre las partes, activa un creciente alineamiento con Moscú, como ha denunciado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Las medidas económicas sancionadoras activadas contra Rusia por la UE y EE UU están teniendo una impacto limitado porque Pekín está sosteniendo la economía rusa. Y aunque no está plenamente demostrada la entrega de armamento chino a Putin, ambos gobiernos han intensificado su acción militar conjunta en la zona del Indo-Pacífico.
EE UU, por su parte, mantiene un firme respaldo diplomático y militar a Zelenski y está anunciando una próxima entrega de misiles Patriot para la defensa antiaérea y lanzacohetes Himans móviles de alta precisión hasta alcanzar una contribución de 2.600 millones de dólares. En algo más de un año de guerra está acreditado que el arma del gas ruso, cuya amenaza hizo temblar a la Unión Europea, no le ha funcionado a Moscú porque la economía europea ha absorbido las consecuencias aceptablemente. Si uno de los objetivos de la agresión contra el pueblo ucraniano decidida por el Kremlin era dividir a la Unión Europea y la OTAN, los hechos han demostrado que ambas organizaciones están más unidas o cohesionadas que nunca. Finlandia acaba de incorporarse a la Alianza como asociado y las relaciones entre Bruselas y Washington atraviesan sus mejores momentos y la propia Ucrania está más cerca de la OTAN que antes de la invasión. Lo más desalentador es que los planes de paz no avanzan y que el sufrimiento de la población civil sigue siendo terrible.
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