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Comerciantes de Duquesa de la Victoria se están poniendo la venda. No quieren ni oír hablar de la reforma de la calle, ni de que ésta pase a formar parte del eje este-oeste para bicis que vertebrará la ciudad a pedales, ni de la ... ampliación de las aceras, ni de que se acabe con la doble fila perpetua... Son algunos comerciantes que exhiben pasquines en sus escaparates en los que se arrogan una hipotética representatividad de «los vecinos» para pedir «que nos dejen como estamos». Eso. Que los dejen como están. Con una calle envejecida y cenicienta de aceras estrechas y con el automóvil en función de dueño y señor de lo cotidiano. Una calle sin aspiraciones. Una calle donde habita el inmovilismo. El inmovilismo que es una trampa en la vida, en los negocios y en las ciudades. Porque los tiempos cambian y si nosotros, Logroño, no lo hacemos, el tiempo y los demás nos pasarán por encima. Los comerciantes se vendan los ojos, no la herida. La herida es el inmovilismo.

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larioja La doble fila como solución