Hacia el fin de la discriminación

El decreto ley aprobado ayer por el Consejo de Ministros que reconoce el acceso de las trabajadoras del hogar a la prestación por desempleo y las protege de ser despedidas sin causa justificada representa un paso decisivo en la equiparación de este colectivo con el ... resto de asalariados. La trascendencia de la medida para este sector de al menos 400.000 empleadas no puede llevar a olvidar a las 200.000 que según Comisiones Obreras permanecen en la economía sumergida, expuestas a condiciones de esclavismo agravadas en muchas ocasiones por su condición de inmigrantes irregulares. Como es preciso subrayar lo tardío de una normativa esperable en la agenda de un Gobierno de pretensión progresista pero que encuentra su decisivo impulso en la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que, en febrero, consideró «discriminación indirecta por razón de sexo» la normativa española. Avanzado 2022 ya no puede defenderse que dotar de mínimos derechos a estas mujeres podría reducir su contratación o incentivar el fraude por la elevación de las cargas laborales. Más cuando generosas bonificaciones suavizan el coste para los empleadores.