Los profesionales del Servicio Riojano de Salud permanecen atentos a las pantallas como cuando Marisa Medina se lo rogaba a «los señores telespectadores» en los 70. Mientras los del común echamos cuentas por ver cuándo nos tocará la vacuna, los de la bata blanca calibran ... el momento en que el destino les ha reservado una dirección general, que sé yo, de atención primaria o la adjuntía a una gerencia de postín. La velocidad a la que se ocupan y deshabitan los despachos del SERIS hace palidecer de envidia a los descubridores del Bosón de Higgs y su gran colisionador de hadrones. Ayer se conocieron los dos últimos caídos en este inaudito tejemaneje que se traen en Salud. Y uno se malicia que algo está pasando en la Consejería. Perspicacia le dicen a este don. Es lo de que donde hay colillas es que han fumao. El rosario de ceses pide a voces un analís. O siquiera una explicación. Por conocer, sabe usted, las razones de tanta repentina ausencia. Razones, por cierto, tiene la misma rima que dimisiones. Una rima muy fea en consonante.
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