Trump aún se resiste a admitir la derrota electoral que llevó a la presidencia a Biden, con el argumento vacío de que se cometió fraude. Todos los tribunales interpelados han llegado a la misma conclusión: las elecciones fueron limpias. Pero, pese a ello, los republicanos ... están intentando dificultar el voto, poniendo toda tipo de trabas con el pretexto de la seguridad, lo que dificultaría el acceso a las urnas de las minorías y de los jóvenes, que generalmente dan su voto a los demócratas. En Texas, los republicanos consiguieron sacar adelante una ley en este sentido. Y otras parecidas se han aprobado en una docena de estados, entre ellos Georgia, Florida y Arizona. La ley texana, como las demás, dificulta el voto por correo, elimina los centros de votación de 24 horas, la votación desde el automóvil, endurece las condiciones para identificarse, etc. La norma pretende salir al paso de un progreso constante de los demócratas en el estado, debido a que su población ha crecido en una década más de cuatro millones de habitantes, en un 90% pertenecientes a minorías. Biden ha calificado la campaña de «ataque a la democracia», que se asienta sobre el sufragio universal, directo y secreto. Un pilar que a Trump parece no importarle derribar.
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