Es difícil entender que todo el conflicto que hace un par de semanas se abrió en la sanidad riojana, tras hacerse público su nuevo Plan de Atención Continuada, haya quedado resuelto de un plumazo con la contratación de cuatro médicos. Ni siquiera la expectativa de ... que otros sanitarios se incorporen al SERIS en otoño presta crédito de solución a un asunto que ha exigido a la presidenta Andreu remangarse y terciar con los afectados, primero; y después salir a la palestra para justificar, con mejor intención que fortuna, que donde alguien dijo digo quiso decir Diego. O lo contrario. Porque, se ponga como se ponga Andreu, el Gobierno ha resbalado en este asunto y cometió un error, bien de comunicación, bien de valoración de las consecuencias que la escasez generalizada de médicos provoca en el sistema sanitario regional. Alternativa esta de no poca gravedad que concierne a una consejería, la de Salud, a la que la gestión de la pandemia parece haber agotado y conducido en los últimos meses a una derrota de sucesivos y súbitos cambios en su organigrama y cuya titular, Sara Alba, pese a la enjundia de la cuestión que abordaba, no acompañó ayer, al menos presencialmente, a la presidenta Andreu en su comparecencia.
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