LAS 7 DIFERENCIAS... Y NO ES UN JUEGO

La sentencia sobre la 'manada de Manresa' ha vuelto a soliviantar a buena parte de la sociedad generalizando una oleada de indignación en todo el país. Los jueces argumentan, en su turno de defensa, que se limitan a aplicar la ley, pero esta explicación, que ellos entienden irrefutable, choca frontalmente con el desconcierto, el estupor y la irritación de una ciudadanía que se duele de que «no se haga justicia». Eso ha enardecido a las voces que exigen una modificación del código penal. Voces que se alzaron también a raíz del octogenario condenado a prisión por matar al ladrón que, no satisfecho con asaltar su casa en Tenerife, empezó a torturar a su esposa partiéndole los dedos.

Siete palabras, siete diferencias... pero no es un juego: acoso sexual, abuso, agresión y violación, por un lado, y hurto, robo y asalto, por otro. En ambas tipologías delictivas, la norma distingue, de menor a mayor castigo, en función del grado de sorpresa y de la violencia, fuerza e intimidación con el que sean cometidos los hechos. Y así es como una adolescente catalana, un abuelo canario y tantos más se quedan desamparados ante una norma garantista, sí, pero con los bellacos.