Secciones
Servicios
Destacamos
La obra arranca con el conflicto diario entre una madre y una hija, pero no una discusión cualquiera. La hija, adulta, es especialmente agresiva al dirigirse a la madre que cuida, lo que hace ver que algo sucede. La situación no es normal. Eso es ... lo que se va descubriendo en la obra de teatro 'La reina de la belleza de Leenane', una situación cotidiana y universal pero enrarecida. La reclusión de la hija durante veinte años, habiendo perdido la juventud para asistir a su anciana madre, ha hecho mella no solo en la relación, también en ella misma, y la función va desgranando, pelando, desnudando la explicación de esa relación tóxica y ese clima irrespirable que incomoda hasta al espectador.
La pieza transcurre siempre en el salón-cocina de la vivienda, escenario significativo porque, primero, no es acogedor como debería sino frío y sórdido, y segundo, cuenta con unos ventanales que dejan ver de forma algo difusa el exterior, de manera que se asemeja de alguna manera al mito de la caverna de Platón ya que es importante el contraste entre la realidad del interior de la casa y la verdad, lo que sucede fuera. Juan Echanove dirige esta adaptación de Bernardo Sánchez sobre un original de Martin McDonagh que protagonizan María Galiana y Lucía Quintana, y no parece un texto fácil de dirigir, adaptar ni interpretar porque esconde varias interpretaciones que hay que mantener vivas, el final es abierto y deja al público la libertad de entender lo que verdaderamente ha sucedido.
Teatro Bretón de los Herreros de Logroño. Sábado 25 de enero de 2025. 20.00 horas. Entradas a 8, 12, 17 y 20 euros. Producción de Okapi. Original de Martin McDonagh. Adaptación de Bernardo Sánchez. Dirección de Juan Echanove. Interpretación de María Galiana, Lucía Quintana, Javier Mora y Alberto Fraga.
El drama bien podría ser considerado un 'thriller' psicológico, la tensión que se mantiene sobre el escenario da la sensación de que la tragedia sea inminente y especialmente dura por la mala relación materno filial. En ese aspecto la obra es cruda, dolorosa, porque la representación se basa continuamente en el diálogo entre dos personas, sobre todo entre madre e hija, y es importante lo que esconde esa relación. Hay una atmósfera represiva al estilo de 'La casa de Bernarda Alba', con una hija con necesidad afectiva y sexual, hay celos y temor a la soledad, y todo eso es un caldo de cultivo para detonar una historia que se desarrolla y expone de forma que al espectador casi no le consta que el tiempo transcurra. Y también hay cierta y fría discreción de las relaciones familiares al estilo de Chéjov.
La pieza se estructura en actos que se van presentando con una línea de color que divide el escenario, al principio nítidamente azul, amarillo, morado... porque el público cree apreciar claramente lo que ocurre, sin embargo, después los tonos son más confusos y cambian, igual que varía la interpretación de lo que sucede, los personajes también cambian o al menos la percepción sobre ellos.
De la adaptación se puede destacar que, si bien el original es de 1996 y ambientado en Irlanda, logra que la historia, pese a las referencias, sea universal y, aunque la ambientación en general, como que en la casa solo haya una radio y un vecino que aparece esporádicamente eche en falta una televisión, haga pensar en una época más antigua, detalles como una camiseta de los Sex Pistols anclan la obra en una época más reciente. En definitiva, es una buena obra, con buenas interpretaciones y que logra mantener el interés del público.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.