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A las siete y media de esta tarde se presentará en el Ateneo Riojano 71 días, el último libro del escritor Javier Casis, quien estará arropado por sus muchos lectores, admiradores y amigos, entre ellos los columnistas de este diario Julio Armas, Alonso Chávarri y ... un servidor. La obra, subtitulada 'Una aventura de Holmes' es una novela policíaca, negra por dentro y por fuera, en la que, con su habitual maestría narrativa, Casis traslada al célebre detective -del que Javier sabe ya tanto si no más que su creador, el médico y escritor Arthur Conan Doyle- al Madrid conmocionado por la masacre causada por la bomba que un anarquista lanzó al paso de la comitiva nupcial de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg por la calle Mayor, el 31 de mayo de 1906. La trama se complica con la búsqueda de un asesino de mujeres en serie y la misteriosa desaparición de la esposa del doctor Watson, y no les adelanto más porque no quiero destripársela, que es como hay que decir en español desvelar el final, y no «hacer spoiler». Basta ya de innecesarios anglicismos (y no «anglicanismos», como soltó nuestra inefable vicepresidenta Carmen Calvo cuando era ministra de Incultura.)
Como en esta columna se procura no dar puntada sin hilo ni tajo sin hoja, de paso les cuento que fue el joven catalán Mateo Morral, calificado en los libros de historia como 'anarquista', quien lanzó desde el balcón de un cuarto piso la bomba Orsini que no mató a los reyes pero sí a veintiocho personas e hirió a un centenar. Y que este asesino terrorista vería recompensada su hazaña cuando tras proclamarse la Segunda República, el Ayuntamiento de Madrid, en manos de una coalición del PSOE y los partidos republicanos, cambió el nombre de la calle Mayor por el de Mateo Morral. Es como si Bildu gana mañana la alcaldía de Bilbao y con el apoyo de PNV y PSE-EE/PSOE le ponen una calle al etarra de Juana Chaos (25 asesinatos), o si una coalición de CUP, JxCat, Comunes y republicanos, con la aquiescencia del PSC, rebautizaran el Carrer de Sant Pau como el de Santiago Salvador i Franch, otro «anarquista» que sembró el terror lanzando dos Orsini desde el gallinero a la platea del Liceo durante una representación del Guillermo Tell de Rossini el 7 de noviembre de 1893. Este solo mató a veinte espectadores porque la segunda bomba no explotó al amortiguar su caída la faldamenta de una señora destrozada por la primera.
Pero yo no había venido para referirles curiosidades de la amnesia histórica, por oportuna que resulte, sino para hablar de mi libro, o sea de 71 días de Javier Casis, porque cuando un relato nos gusta, entretiene y atrapa tanto como éste, pasa a formar parte de la biblioteca que nos gustaría haber escrito.
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