Secciones
Servicios
Destacamos
La primera reunión entre las delegaciones de Ucrania y Estados Unidos en la ciudad saudí de Yeda se saldó este martes con un primer paso ... esperanzador. Después de tres años de guerra por la invasión rusa, los representantes de ambos países sellaron una tregua «total» de treinta días. Un pacto de mayor alcance del que se podría suponer después de la encerrona sufrida por Volodímir Zelenski a manos de Donald Trump el pasado 28 de febrero en la Casa Blanca. El alto el fuego aceptado por Kiev a propuesta de EE UU tiene varias derivadas. Trump avanza en su propósito de lograr una paz 'exprés' que, según sus cálculos, pone freno al derroche millonario de fondos públicos en material bélico. De paso, avanza en la conquista de las codiciadas 'tierras raras' en suelo ucraniano, vitales para el desarrollo tecnológico de su país.
Zelenski, por su parte, recupera el respaldo militar de la Administración Trump, incluido el servicio de inteligencia, suspendido a raíz de la bronca en el Despacho Oval. Un encontronazo que Putin saludó sin ambages como una victoria, un claro gesto de apoyo del presidente republicano a Moscú. Ahora, la pelota se traslada al tejado del Kremlin, que tiene que avalar el fin temporal de las hostilidades para que se consolide el escenario de paz justa y duradera que plantea Europa. Un horizonte que depende de Putin.
Horas antes de las conversaciones abiertas en Arabia por Washington y Kiev, el panorama era desalentador. Ucrania lanzó su mayor ataque con drones contra Moscú. Mientras, el Kremlin anunciaba la conquista de más localidades, después de bombardear el fin de semana objetivos civiles en territorio ucraniano. En ambos casos, para negociar desde una posición de fuerza. De momento, Estados Unidos celebró la cumbre de este martes en Yeda como un «paso importante para establecer una paz duradera» en Ucrania, aunque está por ver el desenlace de esa negociación que Trump plantea a dos bandas. Ni Rusia ni EE UU se han mostrado fiables para la seguridad de Ucrania y Europa. El contrapunto de los jefes de Estado Mayor de treinta países reunidos en París, bajo los auspicios de Emmanuel Macron, reveló que los aliados de Kiev no están dispuestos a someterse al dictado conjunto de Putin y Trump. A la espera de la respuesta del líder ruso, es aterrador suponer que Washington llegue a coincidir, en su aversión hacia Europa, con el objetivo de Moscú de deshacerse de la UE, apoyado en extremismos de izquierda y derecha.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.