Cataluña cobra protagonismo en la agenda del Gobierno central por dos motivos contrapuestos. El pragmatismo de Salvador Illa, reiterado este jueves en su primer discurso de Navidad como presidente de la Generalitat, permite al PSC liderar sin aparentes agobios el Ejecutivo catalán tras haber ganado ... con claridad las elecciones autonómicas de mayo, en una victoria reivindicada por Pedro Sánchez como un logro de la convivencia frente a la tensión del 'procés'. En su mensaje, el president defendió el valor del «diálogo y la fraternidad para unir personas y territorios», alejado de cualquier muestra de «odio y división».
Publicidad
Illa se impuso en las urnas a los partidos independentistas y los dejó sin fuerza para constituir una mayoría alternativa, pero no por eso faltos de influencia. Al contrario. Junts se ha convertido en el apoyo más impredecible de Sánchez, mientras ERC es el socio necesario de los socialistas, pese a su hundimiento electoral y a haber salido descosido en su reciente renovación interna. Los republicanos que vuelve a liderar Oriol Junqueras con apenas el 52% del respaldo son claves para el PSOE en el Congreso, la Generalitat y el Gobierno local de Barcelona. Resulta chocante que Puigdemont y Junqueras, los últimos supervivientes del pulso que desembocó en la fallida consulta del 1 de octubre de 2017, sigan siendo las referencias del independentismo. El líder de Junts ha optado por mantenerse en primera línea aunque haya tenido que retractarse de su anunciada retirada de «la política activa» si no era capaz de asumir la presidencia de la Generalitat tras los comicios del 12 de mayo. Lo que finalmente abandonó fue su acta de diputado para hacer oposición fugado en Waterloo, mientras amaga con desplantes si no se acelera la aplicación efectiva de su amnistía.
Sin tanta beligerancia como la del líder de los posconvergentes, que se alía con PP y Vox en medidas económicas y reclama la gestión de la inmigración mirando de reojo el auge ultra de Alianza Catalana, Junqueras desliza un poso emocional en sus reivindicaciones por la independencia, pero no por ello es menos combativo. Ambos pisan el acelerador de sus exigencias a Sánchez, aunque está por ver si lo hacen más por una necesidad personal para apuntalar sus liderazgos que por una demanda real de su electorado en una Cataluña alejada de la pulsión independentista, con el 54% de los encuestados en contra de la ruptura, el porcentaje más alto desde 2015.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.