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La del aparcamiento del Cibir es una historia nacida de un despropósito, alimentada por una cúmulo de malas decisiones y culminada, como suele pasar, a cuenta del ciudadano. La licitación del proyecto para construir y gestionar dicho parking junto al Hospital San Pedro y el ... Cibir, que fue planteado en el 2009 por el Gobierno del popular Pedro Sanz, no encontró respuesta de las empresas del sector por dos veces consecutivas. Pese a ello, se adjudicó, de forma directa, a una sociedad constituida un mes antes de la adjudicación. Enseguida fue contestado socialmente y cuestionado por todas las fuerzas de la, entonces, oposición. Entre ellas, el PSOE, que comprometió su rescate en su carta electoral. Lo ejecutó a los tres meses de acceder al Ejecutivo, a sabiendas de que el blindaje del contrato le obligaría a un desembolso sustancial. Aunque sendas sentencias del TSJR y del Supremo llegaron a anular el rescate –la más alta instancia judicial encontró defectos de forma– no hubo marcha atrás porque las partes concernidas, empresa y Administración regional, prefirieron agarrarse a la paremia pseudojurídica de que 'vale más un mal arreglo que un buen pleito'. Un arreglo de 10,5 millones de ahora para un despropósito de hace más de una década que hoy pagamos los riojanos.
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