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Los jefes superior de la Policía Nacional y de la Brigada de la Judicial en La Rioja no disimularon ayer su sorpresa por el desprecio hacia la vida y por la falta de empatía que mostraron los presuntos agresores de Isam, el joven que falleció ... el miércoles horas después de que le golpearan brutalmente y le abandonaran mortalmente herido en el Parque del Ebro de Logroño. Su relato de los hechos es tan sobrecogedor como insuficientes se antojan las palabras para condenar este crimen. Con esa repulsa, compartida con la sociedad logroñesa y riojana, por delante, merece detenerse siquiera un instante en la eficaz respuesta de los agentes de la Policía Nacional encargados de un caso que recién salido a la luz pública tenía muchos componentes para pasar a formar parte del negociado de asuntos sin resolver. Sin testigos, sin móvil, sin sospechosos... la causa fatal de la muerte de Isam quedó, sin embargo, resuelta en horas. Si la Policía Nacional, como otros cuerpos de seguridad, es objeto de críticas más o menos fundadas con recurrente frecuencia, en esta ocasión merece el reconocimiento por su eficacia. La profesionalidad que de manera reiterada demuestran sus agentes ha valido esta vez, otra vez, para poner ante el juez a los presuntos autores de la muerte de Isam y para llevar calma y seguridad a una población tan sorprendida como los jefes policiales por el nulo valor que esos despreciables delincuentes dan a la vida ajena.

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larioja Desprecio y repulsa