La revolución será ortotipográfica o no será», dice una camiseta de Amancia Hortera. Pues será. Al menos, ortográfica: la cuenta de Twitter del Ministerio de Interior revolucionó las redes al lanzar un mensaje (que después retiró con las disculpas pertinentes) en el que Grande-Marlaska ... agradecía la gestión de Illa y destacaba las «caulidades [sic] que le hacen ídoneo [sic] para liderar el cambio que necesita Catalunya». Tal cual. Casi me molestan más las faltas que otra cosa, pero quién soy yo para corregir a un ministro. Ni a él ni a nadie, que aún me lío con las comillas españolas, las inglesas y las simples. Y con más cosas.

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La ignorancia duele más cuando es pública, como los cuernos: dos súbditos adolescentes del estado español, víctimas de las leyes de educación, suben un vídeo a TikTok para enseñarnos la «descubrición» (tal cual) que han hecho: el pan tostado. Angelicos. Si se emocionan por tan poca cosa, qué les va a pasar cuando le restrieguen un tomate y le añadan aceite y sal. Por eso hay que mantener a nuestros críos protegidos, ajenos a la ortografía, a la gramática, a la vida y a las tostadoras, para que hagan sus propias descubriciones y den con el pan con tomate como Fleming dio con la penicilina. Y por eso Disney Plus va a retirar de su catálogo 'Dumbo', 'Los aristogatos' y 'Peter Pan', por racistas: no quieren quitarle a nuestros hijos la posibilidad de descubrir la xenofobia por ellos mismos cuando oigan a un asqueroso insultar a un inmigrante en un autobús. Mejor eso que dejarles traumatizados por ver a un gato de ojos rasgados tocando el piano con palillos, dónde va a parar. Si esta es la revolución, prefiero seguir liándome con las comillas. Y que me fusile Amancia.

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