Las ventas de coches constituyen un magnífico termómetro sobre las expectativas que del futuro comportamiento de la economía albergan los ciudadanos. Su caída en un 15% en el primer trimestre evidencia una profunda desconfianza alimentada por el negativo comportamiento del empleo y el retraso de ... la esperada recuperación, que se ha traducido en un frenazo en seco del consumo familiar –un factor básico del PIB– y en un aumento del ahorro hasta niveles históricos. Ni siquiera el hecho de que el país estuviera paralizado medio mes de marzo de 2020 por el confinamiento general de la población ha evitado tal descenso. Restricciones como los cierres perimetrales y el desplome del turismo, cuya incidencia es determinante en las compras de las empresas alquiladoras, mantienen el mercado en una extrema debilidad, favorecida por la reciente subida del impuesto de matriculación y por la ausencia de ayudas oficiales para el rejuvenecimiento del parque automovilístico. Junto a la implantación de nuevos incentivos, la reactivación del sector pasa por una aceleración de las vacunaciones que impulse por fin el crecimiento económico y despeje de nubarrones el horizonte.
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