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Derrota del independentismo

Derrota del independentismo

Editorial ·

Torra fue censurado ayer y no pasará mucho tiempo para que se vea obligado a convocar elecciones

Viernes, 5 de abril 2019, 09:29

El Gobierno de la Generalitat que preside Quim Torra se topó ayer con la sorpresa de que no cuenta exactamente con la mayoría de su Parlament. Por eso, la moción del PSC reclamando que Torra se someta a una moción de confianza o disuelva la ... Cámara y convoque elecciones salió adelante. Contó también con el voto de Ciudadanos, los Comunes y el PP; y se vio favorecida por el desdén con que la CUP, desde su extrema radicalidad, contempla la acción de gobierno. Esta vez el reproche no se dirigía únicamente contra el uso que el independentismo gobernante hace de las instituciones, conduciéndolas a la parálisis por preservar la unidad secesionista ante la tramitación de los presupuestos y la actividad legislativa o de control ordinaria. La moción se refería al hecho de que el Gobierno autonómico se desentiende de sus obligaciones, cuando el Estado del bienestar en Cataluña no alcanza a situarse a la altura ni de sus necesidades sociales ni de su realidad económica. Con una Administración que parece más cautiva de un destino inalcanzable que comprometida en atender a los ciudadanos de hoy. La resolución parlamentaria es de naturaleza política, y no obliga al presidente Torra a atender sus indicaciones. De hecho, el presidente independentista no tardó en desoírlas, desafiando a la oposición a que presente una moción de censura. Imposibilidad tras la que el independentismo se guarece. No solo porque consume sus energías en el mantenimiento de un mínimo de tensión con los poderes centrales del Estado, tratando de contener al mismo tiempo la contestación de la otra mitad de los catalanes. También porque carece de un programa de actuación. Ayer, los catalanes más crédulos ante los anuncios independentistas descubrieron una nueva falla en el proceso secesionista. Y los catalanes contrarios o críticos ante esa aventura comprobaron que es posible frenarla. Por eso la moción se convirtió en uno de los avisos más serios que ha recibido el independentismo en un foro que pretende suyo. Ni Torra se someterá a un voto de confianza, ni la oposición le presentará una moción de censura. Pero no pasará mucho tiempo antes de que se vea obligado a convocar elecciones. Aunque sea como resultado de la pugna que mantiene con ERC.

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