Lo que tiene no hablar las cosas. Si se hubieran dirigido antes a él, quizá no habría hecho falta renovar el contrato. Que también esto será heredado, pero que por cosas más nimias se han soltado amarras con los anteriores.
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Si hubieran hablado antes con ... él, les habría podido explicar lo que es una ciudad diseñada para los peatones, amable, sostenible. Disuasoria para el uso abusivo del coche. También, sin hirientes brechas entre ciudadanos y representantes políticos.
Habrían podido, incluso, debatir sobre la posibilidad de dejar enterrado el yacimiento de Valbuena y habilitarlo como aparcamientos para los diputados. Demoler La Redonda y construirles un parking. Para mayor comodidad de sus señorías, podían haberse planteado derribar el mismísimo Cubo del Revellín, que les queda enfrente. Qué son cuatro viejas piedras.
De haber intentado consesuar políticas entre administraciones regional y local, podrían incluso haber convenido la creación de un pedibús específico para diputados.
Si hubieran hablado con Pablo antes de adjudicar el contrato de arrendamiento de 30 plazas para uso de los diputados en el parking de Gran Vía por 4 años y 104.000 euros, él seguro que de buen gusto habría encargado un carril bici con 'colorinchis' para sus señorías. Por pinturas va a ser. Que al menos él da ejemplo y va caminando y en bici. Y con el tiempo se valorará el modelo de ciudad que está dibujando.
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De una u otra manera, Pablo habría pacificado el entorno del Parlamento. El hemiciclo en sí mismo. Que todo es hablarlo.
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