Déjennos ser vascos
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EL REPASO ·
De cómo en las pequeñas cosas se ve el efecto de las grandes injusticiasDOMINGO | SUELDOS
Imagínese usted, amable lector, querida lectora, jugando un mus. Usted y su compañero hacen afanosamente lo que pueden, pero pasa partida tras partida y oye, no hay nada que hacer. La otra pareja suma siempre todo: grande, pequeña, pares y juego. Claro que tanta suerte ... no le sorprende. Desde el principio de la partida quedó establecido que sus contrincantes iban a jugar a ocho reyes, mientras usted solo a cuatro. Y no solo eso: además en cada ronda podrían coger la baraja y elegir un par de cartas. A gusto y voluntad.
No es que a usted le plazca jugar en esa mesa, claro. Aquí perder sólo les gusta a los del Atleti, por la costumbre. Pero es que no queda más remedio. No hay otra mesa.
Así anda La Rioja, jugando en una mesa de mus en la que el de enfrente tiene más cartas. País Vasco y Navarra ganan siempre, porque tienen una cosita muy mona que se llama 'régimen foral'. Y que esconde una de las mayores injusticias de un país rico en ellas. Básicamente, es un régimen que asegura que el gobierno autonómico tenga mucho más dinero por habitante en esas dos comunidades que en el resto. Y si a eso se le añade un poder político desproporcionado, pues duples y treinta y una.
Léanse ustedes lo que hoy escriben mis compañeras Pepa González y África Azcona. Cómo, por ejemplo, los sueldos en este pueblo andan poquito a poco a la baja, y ya son los octavos del régimen general. Hablando en plata, los décimos contando a la pareja foral. Y pabajo.
O cómo el mismo trabajo es pagado de manera muy distinta a un lado y al otro de la muga que recorre La Rioja de este a oeste.
La riqueza de un territorio tiene que ver con muchas cosas, claro. Pero que una de ellas es el poder multiplicador de la inversión pública es evidente. Y que en eso nos dan una paliza de las que duelen, también.
Yo a esto no le veo ninguna solución. Nunca llegará el momento político en el que nadie pueda derogar el régimen foral y el concierto económico. Las cosas son como son, y así van a ser siempre.
Así que no veo otra salida: que nos dejen ser vascos. Hagamos un referéndum pero a la inversa; no queremos independizarnos de nadie, sino que nos dejen ajuntarnos a Álava, a Navarra, o a quien sea.
Además así ya el vino también será suyo. Y nos ahorramos unos años.
VIERNES | MASA
Confieso que sigo con especial atención lo que pasa en MASA. Que es una empresa a la que siempre le he tenido cariño y eso que, en realidad, ni me va ni me viene: no es que sea accionista o tenga algún primo allí, vamos.
Pero siempre me ha parecido que una empresa riojana que hace partes de avión es algo de lo que enorgullecerse. Y que encima sea puntera, se mantenga, crezca. Porque no todo aquí es vino, ni siquiera el vino es el principal sector económico, pese a lo que muchos piensan. Y además, MASA es una empresa que trata bien a sus trabajadores.
Hasta ahora al menos. Los propios sindicatos que han convocado una huelga para el jueves reconocen que antes ponían a MASA como un ejemplo de buenos sueldos, buenas condiciones y trabajadores muy cualificados.
No tengo ni idea de quién tiene razón en la pelea que ahora está en marcha. Solo espero que este revés que está sufriendo por culpa de la crisis del COVID no acabe en puñetazo y KO, sino en recuperación. Y que este bache se olvide. Porque, qué quieren que les diga: uno va estando harto de catástrofes industriales en este pueblo.
MIÉRCOLES | ADIÓS
La muerte de un escritor siempre es menos muerte. Siempre quedará algo vivo de ellos, y para recordarles solo habrá que pasar páginas. Pero aun así, es triste perder a uno, por eso de que la voz que se apaga no cantará nunca nada nuevo.
Hace muchos años, el bisabuelo de Almudena Grandes, Moisés Grandes, se enfadó con su padre porque no le dejaba casarse con quien quería. Así que agarró su mula y se fue de Soto. A Madrid, andando.
Nunca volvió. Almudena pisó Soto por primera vez en 2017. Y ahora, con algo de justicia, el Gobierno ha decidido que la biblioteca de Logroño lleve el nombre de la famosa bisnieta. Descanse en paz.
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