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Esta semana, me hallaba tomando un té mañanero en el bar El Piedra de mi pueblo. Eran poco más de las siete y a esa hora los clientes solemos ser cinco o seis, casi todos obreros que están a punto de marchar a sus trabajos. ... En un momento dado surgió la conversación sobre la vigilancia a la que se dice estamos sometidos hoy en día por los muchos datos que se tienen de nosotros a través de todos los medios informáticos. Uno de los presentes llegó a decir que a él uno de los apoderados de un partido le había echado en cara al día siguiente de las elecciones que no tenía derecho a quejarse del estado de la política en España porque precisamente él no había votado.

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larioja He defraudado a mi sobrina