SMI, una decisión política

La subida del salario mínimo en un 8%, hasta 1.080 euros mensuales, acordada por el Gobierno, CC OO y UGT es congruente con la inflación media del pasado año y blinda a algo más de dos millones de trabajadores de una mayoritaria pérdida de ... poder adquisitivo por el alza de los precios. En una decisión con una fuerte carga política y que no es posible desvincular del clima preelectoral, Pedro Sánchez se reservó el anuncio para su cara a cara en el Senado con Alberto Núñez Feijóo y dejó así en un segundo plano a Yolanda Díaz, que asumió este martes una negociación de la que se descolgó la patronal, cuya participación en un pacto habría sido deseable. El Ejecutivo optó por la parte alta de la horquilla propuesta por un comité de expertos pese a las reservas de Nadia Calviño a que un aumento de esa magnitud perjudique al empleo, lo que ciertamente no ha sucedido con ascensos previos pese a algunos augurios apocalípticos. Está por ver si la sustancial mejora del SMI –un 46% con Sánchez en la Moncloa, una bandera de su mandato– tiene repercusiones adversas en determinados sectores o comunidades en un escenario de enfriamiento de la actividad o es asumida sin mayores daños por nuestra economía.