La de la Curruca es una vieja, empinada y estrecha cuesta del casco antiguo de Calahorra que bien podría aspirar a anunciarse con el dudoso honor de ser la calle más abandonada, descuidada y maltrecha no ya de la ciudad sino de muchas de las ... ciudades semejantes a la bimilenaria Calagurris. Desde que en febrero de 2017, ya va para cinco años, el incendio de una de las infraviviendas que jalonan su maltratado empedrado le costara la vida a una persona, las declaraciones llenas de buenas intenciones para con esta vía de los responsables municipales han sido recurrentes. Pero la Curruca en particular y el casco antiguo calagurritano en general van pasando de Corporación a Corporación como un legado envenenado sin que ninguna se decida a intervenir. El resultado es que el deterioro de esta vía urbana aumenta y que el entramado arterial del casco antiguo esconde un aneurisma urbanístico que amenaza con colapsarlo. Ni los vecinos de la Curruca merecen las infracondiciones en que la habitan ni Calahorra presentar una calle semejante, en ambos casos por dignidad. La dignidad que les han negado los responsables municipales en el pasado y la que los actuales tampoco resuelven otorgarles con la audacia y urgencia que merece el caso.

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