Cuaderno nº7

En la vida profesional, en la Enológica de Haro, en 44 años, hemos recibido múltiples visitas de técnicos. Hay dos que recordamos maniqueamente. Un ángel y un demonio. El ángel fue investigador francés de aspecto muy discreto que nos dijo: «Convénzase, ciencia sin conciencia nos lleva al disparate». Y el otro, el demonio, fue un catedrático canadiense que, con enfado, nos imponía: «No le dé vueltas al tema. No hay más que oferta y demanda. Es la gran ley universal». Pero la vida ya nos había enseñado que la información, manipulada, podía cambiar la sensación de oferta y demanda a través de la 'guerra psicológica'. Por lo tanto, ahora nos preocupa que la ciencia, en nuestro sector vitivinícola, pueda derivar en pseudociencia. Acaso sea un simple temor nuestro pero, como siempre, concluimos que con más cultura se desvanecerá ese temor. Recomendamos a los jóvenes riojanos ese conocimiento de Joaquín Costa su obsesión por el estudio y su idea de lograr con los escritos, llegar más allá que con su persona.

Recordamos aquí también el encanto de esos café-bares situados en un primer piso doméstico (Grañón, Arenzana, Cordovín, etc.). De ellos puedo también, con orgullo, decir que fueron mi catedra. Y volvemos a colocar estratégicamente el folleto de Costa, para retomarlo cuando el ánimo flaquee. Aunque lo que emana de la tierra riojana es el trabajo con alegría. Por eso hemos disfrutado tanto escribiendo.