Hay parte de nuestra historia que no aparece en los libros y que, sin embargo, ha supuesto una revolución en nuestra forma de vida, en la economía y en el futuro del planeta. Estoy hablando de la historia de la sostenibilidad empresarial en España. Un ... movimiento que desde el Pacto Mundial de la ONU España llevamos 20 años impulsando, desde nuestro nacimiento en 2004 y que, a día de hoy ha registrado un crecimiento exponencial, reflejando el compromiso de las empresas españolas con un futuro más sostenible.
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Si hacemos memoria, hace apenas dos décadas la sostenibilidad empresarial era minoritaria. De hecho, en 2006, tan sólo un 14,8% de las empresas afirmaban emprender proyectos de responsabilidad social empresarial (RSE), centrados principalmente en medioambiente, formación y liderazgo femenino. La RSE era vista más como un conjunto de acciones altruistas y proyectos de voluntariado, sin figuras dedicadas específicamente a gestionar estas responsabilidades dentro de las empresas.
Afortunadamente, el panorama empezó a cambiar rápidamente y para 2008, más de la mitad de las empresas ya conocían el concepto de RSE y comenzaban a integrar prácticas sostenibles en sus operaciones diarias.
Pero el verdadero punto de inflexión llegó en 2015 con la aprobación de la Agenda 2030. Este hito internacional proporcionó un marco global para que todos los actores, empresas incluidas, trabajaran por un mismo fin: cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nunca un marco del desarrollo sostenible había obtenido tanta popularidad entre Gobiernos y empresas, consiguiendo que poco después de su aprobación, en 2018, el 87% de las grandes empresas contase con medidas para contribuir a los ODS, y que también un gran número de pymes, el 54%, se unieran a esta misión.
Durante estos años, se produjo el salto de la RSE a la sostenibilidad empresarial. Las entidades ya no realizaban acciones aisladas en materia de desarrollo sostenible, sino que las empezaban a integrar en el seno de sus negocios. Ámbitos como la igualdad de género, el cuidado de la plantilla o la reducción de emisiones se empezaron a situar en el centro de las estrategias empresariales. Y este compromiso no solo reflejaba una respuesta a los desafíos globales, sino también una adaptación a las expectativas de los consumidores y personas empleadas.
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Poco después vendría la pandemia de la covid-19 que demostró, al igual que otras crisis anteriores, que la sostenibilidad no era solo una moda pasajera, sino un componente esencial de su competitividad y resiliencia. De hecho, podemos decir con orgullo que durante ese año y a pesar de las dificultades económicas, las empresas redoblaron sus esfuerzos sobre el desarrollo sostenible.
Fueron años buenos para la sostenibilidad, en los que disminuyeron las emisiones y aumentaron las acciones a favor de las personas trabajadoras, así como la inversión sostenible, que creció en 2021 en un 10%, alcanzando los 379.618 millones de euros. Este aumento reflejó un cambio en la mentalidad empresarial, una entrada en lo que llamamos la revolución sostenible.
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Y así llegamos hasta el presente, donde la sostenibilidad se ha convertido en una parte integral de la estrategia empresarial en España: ya un 41% de las empresas afirman disponer de una estrategia de sostenibilidad alineada con los ODS, y el 83% integran estos objetivos en sus departamentos. Así, la sostenibilidad, que en sus inicios se veía como una responsabilidad ética, ahora se considera una apuesta rentable con prácticamente la mitad de las empresas españolas afirmando que la integración de la sostenibilidad y los ODS ha impactado positivamente en sus resultados económicos.
En efecto, las empresas españolas han recorrido un largo camino en las últimas dos décadas. Sin embargo, todavía las metas están lejos de ser alcanzadas. Al ritmo actual, sólo un 15% de las metas de los ODS están en vías de conseguirse, lo que alerta de la necesidad de expandir aún más el movimiento de la sostenibilidad y, sobre todo, la ambición de las empresas en este aspecto.
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Por ello, desde el Pacto Mundial de la ONU España alentamos a las empresas a seguir mirando hacia el futuro y hacer frente a los desafíos más acuciantes. En este sentido, es esencial que sigan enfocándose en la reducción de emisiones, pero también en el cuidado de los recursos naturales, como el agua. También es vital que refuercen la sostenibilidad en la cadena de suministro y que sigan apostando por el cuidado de la plantilla a través de medidas de fomento de la igualdad y de salarios justos. Y, por supuesto, que refuercen la inversión en el desarrollo sostenible.
No olvidemos que esta historia del cambio nació hace más de 20 años para sembrar un futuro que aún no hemos alcanzado y que las empresas españolas tienen la oportunidad de liderar. Por nuestra parte, como iniciativa líder en sostenibilidad empresarial, estaremos acompañándolas en esta transformación y trabajaremos de la mano para lograr el mundo que queremos.
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