Crecer sin tutelas
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El BCE, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra afrontan la recuperación pos-COVID con recetas disparesEl consejo de gobierno del Banco Central Europeo optó ayer por la paulatina reducción del programa de compra de deuda habilitado para combatir la pandemia hasta su extinción a finales de marzo, aunque compensará en parte esa medida con una mayor adquisición ordinaria de activos. ... Junto a ello, decidió posponer una subida del precio oficial del dinero, descartada para 2022. El BCE apostó así por la cautela ante la evolución de la economía al día siguiente de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunciara su propósito de acabar con los estímulos en el próximo trimestre para proceder a continuación al alza de los tipos de interés y el Banco de Inglaterra los elevara 0,15 puntos. El temor a que la tensión inflacionista global pueda comprometer el crecimiento obligaría a adelantar la retirada de escena de una política monetaria excepcional como la vigente en la Eurozona. Pero la institución que preside Christine Lagarde parece aferrarse a sus previsiones sobre la fugacidad del alza del IPC, aunque pronostica un aumento del 3,2% el próximo ejercicio, quizás en la confianza de que el movimiento de la Fed contribuya a la mejora de la coyuntura mundial sin verse en la necesidad de variar su programa de acción.
Al margen de tales diferencias, los bancos centrales necesitan confiar en la recuperación de una economía capaz de prescindir de estímulos ajenos al mercado en más o menos meses. Las discrepancias de estrategia entre Fráncfort, Londres y Washington no obstan para que las tres entidades eviten pensar en las hipótesis más negativas sobre la transmisión de Ómicron en los países desarrollados. Las tres intentan situarse en la delantera de la reactivación mediante una lectura entre optimista y voluntarista de la coyuntura, aunque el BCE se sitúe a la zaga del empeño por liberar la recuperación de la tutela monetaria y haya rebajado su previsión de crecimiento para 2022.
Sus contrapuestos anuncios sugieren una disputa latente sobre la opción más acertada, aunque los contendientes participan en la liza con meras indicaciones, a sabiendas de que los posibles reveses nunca serán imputables a su rol siempre providencial. La nota final corresponderá a la disposición de los gobiernos para anticiparse con medidas que preserven la salud y la actividad productiva frente al COVID, a la definición de un cuadro presupuestario realista en cuanto al gasto y ambicioso en la inversión, y a la eficiencia en la gestión de las ayudas europeas.
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