Un informe que analiza la evolución de los abusos sexuales a niños y adolescentes en España en la última década, elaborado por la Fundación Anar a partir de los datos y testimonios de 6.183 casos, concluye que las agresiones a menores se han cuadruplicado ... en poco más de una década: han pasado de las 273 que pudieron confirmar hace trece años a 1.093 el año pasado. Y lo dramático es que solo el 10,6% de los casos termina en denuncia formal. Las agresiones en manada se han quintuplicado y crecen a gran ritmo el ciberabuso (que ya representa el 20% del total), el 'grooming' (ciberpederasta que engaña a niños) y el 'sexting' (difusión de imágenes íntimas de la víctima en la red sin su permiso). El agresor suele estar en el entorno familiar, y es desconcertante conocer que en la tercera parte de los abusos a menores el agresor ha sido el padre biológico. Como sucede con la violencia de género, estamos en presencia de un fenómeno muy complejo que debe combatirse de forma multidisciplinar. La escuela debe formar a las sucesivas generaciones en el respeto a los demás y asimismo debe desentrañar los abusos de sus escolares para evitar la impunidad.
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