La crisis financiera desatada en 2008 causó un hecho insólito: el derrumbe del precio oficial del dinero hasta niveles negativos. Ahora ha sucedido lo propio con el del petróleo, cuya carestía ha sido una tradicional amenaza para la economía mundial. El desmoronamiento récord de la ... demanda por la pandemia y el fuerte exceso de suministro, que amenaza con desbordar los almacenes, hundió el lunes el barril de crudo tipo West Texas para entrega en mayo hasta los -37 dólares, lo que significa que los vendedores pagaban por deshacerse de él. Se trata de un 'crash' sin precedentes, que retrata un mercado estratégico al borde del colapso por el terremoto global desencadenado por el coronavirus y con movimientos espasmódicos tan incontrolables como peligrosos. El recorte de la producción de la OPEP se ha revelado tardío e insuficiente para compensar el brusco frenazo de la actividad global. Las tensiones se trasladan ahora al barril de Brent, la referencia en Europa. Su vertiginoso desplome, acelerado en las últimas horas, es un factor de inquietante inestabilidad cuyos efectos positivos se ven seriamente limitados por la espectacular caída del consumo.

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