Corredores sin trampas

El establecimiento de corredores humanitarios que sean seguros en su recorrido y acogedores en su destino final es una necesidad acuciante para los habitantes de las ciudades ucranianas que están siendo bombardeadas por Putin. La propuesta rusa de brindar a los ciudadanos de Járkov, Kiev, ... Mariúpol y Sumy vías de salida que les lleven a Rusia sonó ayer a provocación, y fue desestimada por el gobierno de Zelenski. La perspectiva de acabar en centros ubicados precisamente en territorio ruso resulta más que inquietante para las personas exiliadas por la acción del Kremlin. A no ser que entre el tercer encuentro entre las delegaciones de Ucrania y Rusia y la reunión de los titulares de Exteriores de ambos países, Dmytro Kuleba y Serguéi Lavrov, del jueves en Turquía, se produzca un avance significativo al respecto, la invasión podría continuar dejando a su suerte a niños, mayores y mujeres que desean ponerse a salvo fuera de su país. Porque se necesitan corredores cuyo trazado no sea utilizado por Rusia para avanzar o afianzar posiciones, y cuya seguridad real sea supervisada por organizaciones internacionales, siempre en dirección al mundo libre.