La reunión entre Pedro Sánchez, António Costa y Emmanuel Macron previa a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea parecía prevista para que los dos primeros tratasen de convencer al presidente francés de las bondades de un gasoducto que ... pudiera desplegarse en pocos años desde la Península Ibérica. Pero en realidad ese era un proyecto invalidado de antemano, puesto que se necesitó solo una hora para que los reunidos alumbrasen la alternativa de una conducción de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella conectada a su vez con Portugal. Pere Aragonès estaba informado y exultante. Una conducción que eventualmente pudiera utilizarse para transportar gas. Solo que los plazos se dilatarían, como tendrán ocasión de reconocer los tres mandatarios en el encuentro que celebren en diciembre en Alicante. El invierno parece posponerse, los buques metaneros esperan frente a las bocanas portuarias de Europa al bajar el precio del gas, y lo urgente ahora –asegurar el suministro gasístico– da paso a lo importante –la transición ecológica–. A no ser que acabe siendo un espejismo francés.

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