Aunque referirse al regreso a las aulas en mitad de canícula parezca una asincronía, el BOR lo hace hoy para dotar de rango normativo a la hoja de ruta con la que el sistema educativo riojano tratará de volver a repetir la gesta que el ... curso pasado le llevó a resolver con brillantez su convivencia con el COVID. El esfuerzo que se reclama de alumnos, profesores y padres no difiere demasiado del conocido: mascarillas desde los seis años, grupos burbuja, ventilación, higiene personal, sectorización, coordinadores COVID, notificación de casos... Incluso se muestra más laxo en las distancias y en la tolerancia del contacto personal entre los alumnos de un mismo curso, el año pasado restringida a los grupos/aula. Porque fue, a ojos de los expertos, la falta de socialización del alumnado la cara negativa del pasado curso. El riesgo de la convivencia al aire libre, parece asumido, es menor si se atiende el resto de medidas, como ya hizo de forma sobresaliente el colectivo. Y no se puede seguir limitando de forma drástica la interacción entre los jóvenes en los colegios o institutos, imprescindible en su desarrollo, cuando fuera de las aulas las posibilidades de contacto son infinitas e incontroladas.
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