El Tribunal Supremo de Reino Unido resolvió por unanimidad que solo el Parlamento británico puede autorizar un segundo referéndum de independencia en Escocia, un enorme revés para los planes del Gobierno de Edimburgo, que incluso había fijado una pregunta y una fecha para el nuevo ... intento de «elegir nuestro futuro», en palabras de una ayer «decepcionada» Nicola Sturgeon. La primera ministra y su Partido Nacional Escocés (SNP) «respetan» la decisión judicial y tratarán en los próximos meses de volverla a su favor por entender que el veto «refuerza» la causa de la secesión. El resultado de la primera consulta, en 2014, apoyó con claridad la permanencia en Reino Unido. Pero luego el cataclismo del 'brexit' separó a los escoceses de una Unión Europea a la que la mayoría quería seguir perteneciendo. Los sondeos muestran ahora al electorado regional casi dividido por igual, por lo que el SNP aspira a convertir las próximas elecciones generales, dentro de dos años, en un plebiscito de facto. Un pulso político contra los conservadores de Rishi Sunak, débiles en Escocia y en el conjunto del país y urgidos a estabilizar una economía que añora la asociación con Europa.
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