Yo, mí, me... conmigo

Si ya le pareció mal al regidor salmantino la creación de la Oficina del Español en Madrid y aseguró entonces que Salamanca «meterá los codos» para ser la ciudad de referencia en la enseñanza del español («Nuestra hegemonía es indiscutible. La protegemos, la peleamos y no vamos a renunciar a ella»), la ubicación en La Rioja del Observatorio Global del Español le parece poco menos que un disparate.

«Lo normal y lo sensato» sería mirar hacia Salamanca «si se trata de hacer algo relacionado con el español», dice el alcalde castellano-leonés. Cualquier acción en otro sentido «es una pérdida de tiempo y dinero», sostiene sin ningún pudor. Yo, mí, me, conmigo.

No cabe duda de que La Rioja no tiene la Universidad de Salamanca. Como tampoco cabe duda de que la ciudad del Tormes no es la cuna del castellano. Igual es que La Rioja también tiene algo que decir en cuanto al español.

Comparar la creación del Observatorio Global del Español en tierras riojanas con la instalación de una escuela de vela en Salamanca no resulta ni ofensivo: es penoso. Y denota una altura de miras paupérrima.

«Creo que lo llamaré y le diré que es mejor que vayamos juntos», dijo Concha Andreu en respuesta a la queja de García Carbayo.

No pierda el tiempo, presidenta.

Ladran, luego cabalgamos.