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El Papa Formoso fue elegido en el año 891. En aquellos tiempos los papas coronaban a los emperadores y como a Formoso no le gustaba Lamberto de Spoleto invitó al germano Arnulfo de Carintia a invadir Roma, echarlo y ponerse en su sitio. Dos años ... después, Formoso falleció y cuando el resentido Lamberto recuperó el trono exigió la exhumación del cadáver de Formoso para juzgarlo en lo que ha pasado a la historia como el Concilio Cadavérico. Sacaron el pestilente cuerpo de su tumba, lo vistieron con los ornamentos papales, lo sentaron en un sitial y le acusaron de acceder ilegalmente a la silla de San Pedro. Naturalmente, Formoso fue condenado. Invalidaron su nombramiento y sus decisiones como papa, le arrancaron los tres dedos de bendecir y lo enterraron en una fosa común de la que volverían a sacarlo para arrojarlo al Tíber.

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larioja La condena de la memoria