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Sánchez e Iglesias. EFE
La coalición como lastre

La coalición como lastre

Editorial ·

El problema para el país es que ambos socios se acomoden en sus disputas para eludir responsabilidades de gobierno

Domingo, 3 de enero 2021, 10:18

El presidente Pedro Sánchez declaró el martes su propósito de continuar con la coalición de gobierno PSOE-Unidas Podemos hasta el final de la legislatura. Tampoco podía pronunciarse en otro sentido. La apuesta por los apoyos que sacaron adelante la moción de censura contra Rajoy, y por los que aseguraron la investidura de Sánchez hace un año, a la hora de sacar adelante sus primeros presupuestos impide a Sánchez despertar siquiera dudas sobre cómo piensa llegar hasta 2023. Por ahora todo indica que no será él quien se desentienda del pacto suscrito con Pablo Iglesias. Y éste solo está en condiciones de amagar con una posible ruptura de la coalición, pero sin ir a más. La pandemia contribuyó a poner sordina a las desavenencias latentes entre socialistas y morados. Pero sus consecuencias han trastocado el «programa de progreso» que puso en valor las intenciones de Unidas Podemos, orillándolas o posponiéndolas para cuando se haga patente la recuperación. La pandemia permitió al Gobierno de coalición concentrar un poder sin precedentes en democracia sobre los resortes legales del Estado y sobre la cotidianeidad ciudadana, hasta el punto de anular a la oposición y relegar a las demás instancias constitucionales. Pero diez meses de excepcionalidad generan un desgaste en todos los órdenes, también en el demoscópico, que se hacen sentir hasta en las relaciones personales dentro de un Gobierno de coalición. El problema para el país no consiste en que los socios del Ejecutivo central mantengan y aireen diferencias, siempre que el Consejo de Ministros adopte decisiones de manera colegiada. El problema estriba en que ambos socios se acomoden en sus disputas para eludir responsabilidades de gobierno, y para transmitir el mensaje de que el futuro de España depende solo de cómo se entiendan las izquierdas. Imaginemos que la conversión del Consejo de Ministros en el órgano de decisión sobre el destino del Fondo Next Generation haga pivotar la distribución de sus ayudas en torno al pulso que mantienen Sánchez e Iglesias. O que, en otro orden de cosas, el Gobierno como tal haga suya la ilusión 'podemita' de sumar a sus fuerzas a ERC y EH Bildu para el resto de la legislatura y pase lo que pase. España necesita una política más centrada ante las dificultades que entraña la recuperación, entre las vacunas y la tercera ola epidémica. La tensión PSOE-Unidas Podemos lastra la gobernabilidad tanto como la polarización respecto a un PP obcecado con Ciudadanos.

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