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Roberto Carlos, el del millón de amigos, cantaba aquello de los amantes a la antigua «que suelen todavía mandar flores». No está la cosa ahora como para mandar flores. El chocolate y las fresas les han tomado la alternativa. Las rosas, los claveles y los ... delfinios se han agostado en abril porque no eran de artículos primera necesidad. Solo para los floristas, que este año no podrán celebrar el Día de la Madre, como le pasaba a Marco, el de los Apeninos. El asunto ha derivado en que han subido los precios. El del chocolate y las fregarias de Huelva, no el de los gladiolos. Y como ambas golosinas, otros productos de más primaria necesidad han tirado para arriba de la cesta de la compra y han puesto cepos al paso por caja en Mercafour y Alcandona. ¿Y qué fue de las ofertas? ¿Y de los dos por uno? ¿Y los discount? En efecto, descansan en paz. Fueron víctimas del coronavirus. Como las escuálidas carteras de usted y de un servidor: sin un clavel, amigo Roberto,

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larioja Sin un clavel