La clase exprimida por el bipartidismo y el nacionalismo

Cuando se afronta el inicio del trimestre, en el que se acumulan los impuestos, la asesoría, el alquiler o los suministros, se adquiere ese espíritu inconformista de remontada tan característico de la clase media. La clase media siempre vive remontando, y por eso es genuinamente solidaria, entre sí y con todos; además, su solidaridad no es impostada porque se basa en el mérito, mediante el que contribuye a la igualdad de oportunidades y a la movilidad social. Sin embargo, ¿qué familia o joven de clase media, o qué autónomo o trabajador no ha sentido alguna vez que son otros quienes capitalizan su esfuerzo y que el Estado, en vez de empujarle a completar la remontada, le lastra?

Ciudadanos defiende que el Estado del Bienestar es uno de los logros más significativos de la civilización occidental. Y no discute el principio de solidaridad redistributiva que lo articula. Pero sí que nos preguntamos, y creo que es una pregunta honesta con la que se identifican la mayoría de los riojanos, si el modelo no se está atrofiando por una aplicación desproporcionada de esa solidaridad que convierte a la clase media en la clase exprimida.

Razonaré, mediante dos ejemplos, esa desproporción que denunciamos, y dos de las principales causas que la originan. En La Rioja y España, los autónomos son la clase exprimida por antonomasia. Estimamos que los autónomos pagan, solo por la recaudación del tramo autonómico del IRPF, 55,5 millones de euros, mientras que la medida estrella de la señora Andreu (una cota cero durante su primer año de actividad), está dotada con apenas un millón de euros. ¿Acaso es proporcionado?

El candidato del PP, el señor Capellán, también ha prometido bonificaciones a la cuota de autónomos, a pesar de que en 2019 la AIReF ya criticó que incentivos regionales de este tipo «no tienen efecto positivo en las altas y el mantenimiento del empleo autónomo». Así pues, el bipartidismo coincide en fórmulas agotadas e ineficaces que nos han empobrecido: desde 2010, el poder adquisitivo de los riojanos solo se ha ido alejando de la media europea, hasta resultar, en 2021, un 11% inferior. A su vez, ese empobrecimiento ha propiciado un desequilibrio severo en la sostenibilidad del Estado del Bienestar; y ese desequilibrio, que continúa agravándose porque el bipartidismo elude reformas valientes (como la del sistema de pensiones), le ha conducido a exprimir más y más a la clase media para simular una ficción que nos hunde en el desencanto.

Por otro lado, si además eres joven, familia, autónomo o trabajador de clase media en una Comunidad Autónoma no nacionalista, todavía te exprimen más: entre 2008 y 2020, la clase media riojana se contrajo un 3,5% y nunca representó más del 60% de la población; por el contrario, en Guipúzcoa, aumentó un 4% y nunca bajó del umbral del 60%. Entre lo que dejamos de percibir por que Navarra y País Vasco no participan en los mecanismos de nivelación horizontal del sistema de financiación autonómico, y el exceso que pagamos por la infravaloración de sus cuponazos, cada familia riojana dispone de dos salarios mensuales y medio menos cada año, en términos de recursos públicos que se pierden en inversión en educación, sanidad, servicios sociales, dependencia o ayudas al tejido productivo. El bipartidismo no quiere incomodar a sus socios nacionalistas a costa de seguir explotando, con una manifiesta desproporción, la solidaridad de la clase media.

La clase media riojana está harta de que el bipartidismo y el nacionalismo les expriman. Apelando a un común espíritu de remontada (por los nuestros, por los tuyos), quiero transmitirles que Ciudadanos les ofrece un espacio liberal con el que enfrentarse a lo que es previsible que suceda si se cumplen las encuestas: la insoportable prolongación del hartazgo de la clase exprimida.