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No corren buenos tiempos para los jubilados (y no pienso añadir «y las jubiladas» así me pongan la pistola de la progresía en la nuca de la gramática, que la tengo muy dura). Y no lo digo por el futuro de las pensiones, que de ... momento pagar, pagan, sino porque desde la crisis del ladrillo apenas hay obras que supervisar desde la barrera. Aparte de la pirámides de Kebús y Ketrén, en Logroño no hay construcciones que merezcan asomarse. Pero hay dos destrucciones llamativas: la «remodelación» del Sagasta y la «reconversión» de Correos, a mi juicio dos dislates consistentes en vaciar ambos edificios y construir otros en las zonas cero manteniendo las fachadas ni que fuesen patrimonio de la Humanidad. ¿No sería preferible reubicar el nuevo instituto en otro lugar con instalaciones de siglo XXI (cuánto mejor un auditorio en este solar y no en el quinto Logroño) y demoler ese otro horrendo edificio que se come la perspectiva del mejor edificio civil de la ciudad?

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larioja La ciudad vacía