Chupitos de bromuro

La frase parece recién sacada de algún manual prehistórico de moral pública. «Cuando se olvida que la finalidad principal del sexo es la procreación, hay personas que se liberan de las cadenas que supone la familia y el matrimonio para dedicar su existencia a satisfacer sus deseos sexuales». Sí, huele a rancio. No pretendía contestarle la mujer de Santi Millán y lo dijo en otro contexto, pero como respuesta no está del todo mal. «Sí, señores, la gente folla dentro y fuera de la pareja». Entre otros, habrán leído, el actor. Quizá lo que propone el vicepresidente de Castilla y León es una ración doble de bromuro frente a libidos disolutas, recuperar las familias de 13 hijos y reconquistar vaya usted a saber qué. Será que la castidad funde neuronas.

Uno empieza así y acaba como en Estados Unidos, derogando el derecho al aborto. Aquí también hay quien quiere seguir recortando derechos a las mujeres defendiendo que lo del aborto funcionaba mucho mejor en el año 1985 que desde 2010. Alguno hasta habrá tenido pensamientos impuros tras escuchar el fallo del Supremo estadounidense.

Qué obsesión con vivir en blanco y negro, con regresar a las cavernas y con decidir ellos qué está bien y qué está mal. Qué pesados.