Borrar

El chiste de la vaca y otras verdades

CON LOS SIETE SENTIDOS ·

Jueves, 3 de junio 2021, 02:00

H ay un chiste que contaba una persona muy querida y que en la familia lo aplicábamos a multitud de situaciones cotidianas. La ocurrencia venía a referir que en un pueblo agrícola estaba dando su mitin el político de turno. El cual, cada vez más exaltado por los aplausos de la gente, anunciaba sus nuevas medidas con la pretensión de acaparar votos para su causa:

– ¿Qué vamos a hacer con tantos pajares y tierras abandonadas que podríamos cultivar y crear una cooperativa? ¡Repartirlas!

– ¡Eso, a repartir!, jaleaba el público.

– ¿Y con los que tienen tantos vehículos agrarios parados? ¡Repartir!

– ¡Eso, eso, a repartir!

– Y con ¿esas vacas que están ocupando el monte y el río? Re...

El hombre no pudo concluir porque un aldeano, levantando el cayado, gritó enfurecido:

– ¡¡Esas ni tocarlas!!

«Hasta ahí podíamos llegar», pensaría el pastor, que tenía clara conciencia de su propiedad, y ninguna de la ajena. Tal es lo que cada día ocurre a nuestro alrededor y en las altas instancias. Hay una notable distorsión entre términos y actitudes, entre teoría y práctica. A todos les parece bien tocar las vacas foráneas, pero no las propias.

Las pruebas son contundentes: la fiesta es el eje de la libertad; se bajan salarios, se despide profesorado y personal sanitario –que recientemente eran imprescindibles no solo por las urgentes necesidades, sino para la calidad de los sistemas mencionados–; se cierran las ciudades y el corazón a las personas que tan desesperadamente se juegan la existencia por encontrar algo parecido a vivir, etc. Por el contrario, la salud de los conciudadanos no importa; los salarios de políticos, asesores y otros allegados y los gastos públicos innecesarios siguen desorbitados en comparación con el de los que trabajamos y pagamos impuestos, y no se ajustan a las necesidades actuales de nuestra sociedad –pese a la gala que se hace de reducir el número total de asesores en España y limitar el personal eventual, según la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, de 2013–. La teoría que nos venden es brillante: salud y educación para todos; ciudades sostenibles y acogedoras; bienestar; igualdad para todas las personas, sin discriminaciones. Sin embargo, la brecha de pobreza en nuestro país se ha ahondado. Somos los sextos en pobreza entre los 28 países de la UE. No necesitamos limosnas para vivir, necesitamos puestos de trabajo; personas con una gestión emocional y una congruencia saludables. Primar tanto los presupuestos para Educación, Sanidad y Servicios Sociales como los planes de formación continua en todas las profesiones. Necesitamos de todos los ciudadanos, pero incuestionablemente de todas las fuerzas políticas (tema que requiere una columna especial) para construir una sociedad que no mire continuamente sus vacas, sino que sea capaz de construir un presente y un futuro habitables. Porque ya lo dijo Abraham Lincoln: «La mejor forma de predecir tu futuro es crearlo».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El chiste de la vaca y otras verdades