La chapuza de legislar a golpe de tuit
No es una buena idea que la política se haya impregnado de un populismo electoralista en el que importa más el nombre de las cosas que su contenido
PABLO BAENA
Lunes, 28 de noviembre 2022, 01:00
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PABLO BAENA
Lunes, 28 de noviembre 2022, 01:00
Son muchos los ciudadanos que llevan días indignados por las consecuencias penales que se derivan de la aplicación de la mal llamada ley del 'solo sí es sí', y con razón.
Esta ley está suponiendo, en la práctica, exactamente lo contrario de lo que el ... Gobierno de Sánchez vendió a golpe de tuit con un relato basado en el sobrenombre de la misma y no en su contenido. Produciéndose la revisión de condenas a agresores sexuales que, en ciertos casos, están viendo rebajadas sus penas.
Algunos ya advertimos de que esta no era más que otra soflama de la extrema izquierda a la que le interesa más la propaganda que la elaboración de textos legales con el rigor exigible. De hecho, un informe del Consejo General del Poder Judicial señaló sus deficiencias antes incluso de que fuera votado en Cortes Generales, así como distintos operadores jurídicos hicieron notar, por ejemplo, que podría suponer una disminución de penas, como así está sucediendo.
Puedo afirmar, por lo tanto, que las consecuencias de la aplicación de esta ley no dejan de ser la manifestación visible de una mala técnica legislativa. Porque lejos de brindar una mayor protección a las víctimas de delitos sexuales ha generado alarma social al beneficiar a algunos agresores.
Apenas unas semanas antes de que la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual (que así es como se llama en realidad, pese a que #SóloSíEsSí mola mucho más para difundirlo en redes sociales) fuera votada, la secretaria de Estado de Igualdad reconocía tener «diarrea legislativa» (así lo calificó ella misma), admitiendo prisas por sacar adelante el mayor número de leyes y obviando la necesidad de aportar calidad y garantías a las mismas. De aquellos polvos, estos lodos.
Como puede entenderse, no es una buena idea que la política se haya impregnado de un populismo electoralista en el que importa más el nombre que le pones a las cosas que el contenido de las mismas. O, dicho de otro modo, el simplismo de legislar a golpe de titulares ideologizados.
Esta misma semana, la delegada del Gobierno en La Rioja reconocía que lo que ha generado esta situación es la técnica legislativa, es decir, la pifia del Gobierno de Sánchez al no prestar atención a la necesidad de rigor.
Algo a lo que no está siendo ajeno el Parlamento de La Rioja esta legislatura, con textos que han acabado en el Tribunal Constitucional por vulneración de derechos, o leyes que no urge su inmediata entrada en vigor registradas por el Gobierno de Andreu en trámite de lectura única, lo cual no solo dificulta al Parlamento reglamentar bien, sino que directamente le impide legislar. La última el 11 de noviembre.
Se están dando situaciones tan anómalas como cuando recientemente los grupos que sustentan al Gobierno negaron la negociación de enmiendas de la ley de Biodiversidad, despachándola en 25 minutos y suprimiendo cualquier debate parlamentario. Obligando, en suma, al Parlamento a renunciar a su labor legislativa para convertirlo en un mero matasellos del Gobierno de Andreu.
Que los gobiernos crean que son mejores porque son capaces de aprobar muchas leyes es un error no sólo por suponer peores textos legales con consecuencias directas sobre la ciudadanía, sino también porque devalúa nuestras instituciones al ahondar en la crisis de confianza que desde hace años viene sufriendo nuestra democracia.
Pero no nos engañemos, la responsabilidad de las consecuencias de una mala ley no es exclusiva del Gobierno, sino de aquellos que la apoyan. En el caso de la ley del 'solo sí es sí', PSOE, UP, PNV, Más País, Compromis, JxCAT, ERC, BILDU y Ciudadanos, que desoyeron las voces cualificadas que advertían de la chapuza y fueron arrastrados por el relato de lo políticamente correcto (léase aquí 'ideología de género') que se impuso a la responsabilidad en el ejercicio de la labor pública.
Votar a favor de una ley a sabiendas de que no es buena, por el qué dirán, es muy irresponsable. Hacerlo además para diferenciarse es de total inmadurez política. Así que ojo, que vienen más curvas, ya que Podemos ha retrasado la 'ley Trans' dada la polémica suscitada por el 'sí es sí'.
Cabría recordar que el principal objetivo de todo buen parlamentario debería ser legislar para todos los ciudadanos, lo que conlleva ineludiblemente hacerlo con serenidad y buscando el consenso. No desde el sectarismo y el titular electoralista.
A veces lo responsable y valiente, aunque difícil, es hacer bien las cosas. Porque ese esfuerzo nos ayuda a mejorar.
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