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Hubo un tiempo en el que los calendarios eran material preciado, sobre todo los pequeños, los de tamaño de naipe que podías llevar en la cartera. Empezaban a repartirlos por estas fechas, un día venía un amigo y te daba uno de su empresa o ... del equipo de fútbol del hijo, y al girarlo y ver los meses perfectamente ordenados, quietitos, inofensivos y llenos de días, era imposible no soñar con un año repleto de maravillas.

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larioja Chamanes