Decenas de desvelados ojos revolotean en torno a la mocetilla, santa compaña de topos y topillos que, como radio pirata con dial descontrolado encadena frases chivatas, equívocas, insidiosas.

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- Eh, reinona, qu'este castillo rural está reservao, petao de infantillos. ... - Se cree l'ama.

- A callar, que la vais a despertar antes de legalizar la orden de desalojo.

- Pídesela al Supremo y la pava esta se pilla la mayoría de edad.

Con esmero y velocidad controlada quitan hebra a hebra el manto de hierba y tierra que cubre la cueva subterránea en que lleva días cobijada y habilitan una hoyuela a medida, una cuna sénior, talla XL, saco de dormir a cielo abierto, terapia contra augurios necios.

- Probe titi, la llamaron desde el umbral de un sueño y respondió.

- Quién la manda.

- Eso

- S'ha saltao t'os los perímetros sin visao ni estrita necesiá.

- Eso.

- Y si larga lo d'aquí, l'ampastillan.

- Eso.

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- O la'mputan pa ver d'ande saca lo que se mete.

- Eso.

- Probe creaturita, s'ha enganchao al estao d'alarma

El runruneo entre las mamblillas del parque se apacigua cuando tras el monte Cantabria una cuchillada de luz abre el día.

- ¿Que se siente sola? Pos c'aguante. Nosotros también.

- Eso, los cien.

Ella lo sabe, chocó con el patinete, cayó, se rompió el menisco, el topo se lo arregló; lo palpa, sigue doliendo, pide otra cita. El sagaz bicho está muy aplastado bajo sus ansias de águila y reivindica con destrozos del césped urbano. Sufre y comprende la volubilidad de los quebrantos; no todos los meniscos son iguales ni chocan con la misma piedra.

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- Topo, topito, ¿estás ahí?

- Aquí todos somos topos, y no estamos, no hablamos, tú deliras, te engaña tu algoritmo

- La cojona bendita, que diría tu topa.

- ¿Esa? Si no sabe ande tié la pata derecha, excava a la contra y hunde el techo.

- Claro, la culpa, de las mujeres.

- Pos si es de las mujeres mi topona no ha sido.

- Yo tampoco. Y no pienso desalojar el territorio, es mío.

- Hale, cari, alza el culo que siempre nos quedarán los encuentros en la tercera fase.

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- O los veinte iguales para hoy, par de ojazos.

Una maruja choca con un cachivache, trastabilla y alza la voz.

- ¡¿Es tuyo este patinete?!

- ¿Mío, de qué? Se habrá perdido. A mí qué me dice.

A ti te digo que colorín colorado este cuento ha terminado.

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