La ceniza

Igual es que nos equivocamos de perspectiva. Tanto hablar de «la primera ola» y «la segunda ola», mejor haríamos en aceptar que esto del bicho es todo uno, y que aquí se nos va a quedar durante un tiempo. Que tenemos que cambiar el paso y vivir de otra manera, pero vivir. Y que tenemos que seguir ocupándonos de lo nuestro, que al final es lo que quedará de todo esto.

Así que permítanme que pase del bicho por un rato, y que les diga que estoy sufriendo últimamente con el Logroñés como cuando estábamos en Primera y cada gol era una Champions. Que les cuente que en los colegios del mundo hay maestros que te llenan de esperanza en las dificultades y te reconcilian a cachitos con la vida cuando ves que hablan de tus hijos con ese brillo en la mirada. Ya saben, ese.

Que a Ana la han cogido en la Academia, y que Pilar se ha llevado un sofoco pero que parece que, eso, era un susto. Y que qué alegría.

No, que ya, que no me van a dar un Pulitzer por contarles todo esto. Pero hace que me sacuda un poco de ceniza.