La historia suele ordenar las cosas, las pone en su sitio y nos señala con lo que somos ante la mirada certera del tiempo y el polvo. Por eso Mussolini acabó mirando a Milán boca abajo y hoy lloramos en Auschwitz, en la cuneta de ... una comarcal, en Paracuellos. Sin embargo, hasta que la historia permita juzgar con certezas (siempre en futuro por su extrema cautela y su obsesiva necesidad de perspectiva), nos queda ganar la batalla, vivir pisando tierra, mantenernos alerta. Nos queda señalarlos, condenar. Estamos en lo cierto. La defensa de los Derechos Humanos, la democracia y el antifascismo no son una opinión más son la opinión. Pongamos líneas rojas, llamemos a las cosas por su nombre. La historia lo volverá a hacer, nos dará la razón. Musk hizo un saludo fascista y el fascismo es una barbarie, un crimen.
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