La revolución de los empobrecidos se vuelve rutinario. Siempre damos a los pobres lo que no queremos, nunca compartimos lo nuestro, solo lo de los demás, lo mío es mío y lo tuyo es de todos. Ahora los españoles de izquierdas tienen la oportunidad para ... hacer lo que pregonan. Abrir sus puertas a pobres y refugiados, no aparten la mirada de los pobres póngale rostro. Entre la inflación y el descontrol de la cesta de la compra, cada día hay más pobres. Y si le falta algo al pobre le preparan dos conflictos guerreros para que le falte alimentos y matarle hasta de hambre. La incapacidad de los dirigentes políticos está dejando a familias enteras viviendo en la más absoluta pobreza. El pobre hoy, no siempre tiene rostro reconocible; a veces mira, sonríe y avanza, pero no encuentra nada.
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