Necesité leer varias veces la noticia por si erraba en la comprensión. Pero no. Les cuento: competición futbolística en Ámsterdam. Los ultras de un equipo israelí se pasean de manera violenta, arrancando cuantas banderas palestinas encuentran y profiriendo gritos de mofa contra la población de ... Gaza. Ya en el estadio, esos seguidores desprecian el minuto de silencio para el recuerdo de las víctimas de la DANA con insultos y encendido de bengalas.
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Pero, hete aquí, que es el enfrentamiento entre aficiones lo que desencadena la ya típica reacción de las autoridades: antisemitismo y pogromo son los adjetivos utilizados.
Estoy harta de que crímenes pretéritos sufridos por parte del pueblo judío sean la coartada que permite todo a su ciudadanía y gobierno: desde la ocupación ilegal de un territorio, pasando por la expulsión y asesinato de su población originaria, hasta la más grosera impunidad para pasearse insultando, vejando y amenazando a quien les da la gana, sabiéndose impunes y con patente de corso pues les basta con mostrar el comodín del antisemitismo.
Me pregunto si también será tachada de antisemita la plantilla del equipo amsterdamés por su victoria deportiva.
Por cierto, ¿por qué un equipo israelí tiene que jugar en Europa y no en Asia, como uno libanés, sirio o jordano? Si tiene problemas para ser aceptado por sus vecinos, que se lo hagan mirar su Gobierno y su ciudadanía, pero no ha lugar su presencia en instituciones que por su latitud no corresponde.
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