Viendo la aceptación que acapara a escala mundial, estoy pensando seriamente en modificar los valores que trato de inculcar a mi hijo para pasar a ... instruirlo en el «método Israel» como vía hacia el éxito. Convertir a mi vástago en el macarra de su entorno, capaz de imponerse contra todo y contra todos, sin importarle un bledo las críticas o sanciones que pueda recibir, que sabrá sortear gracias a su superior musculatura y a la utilización sin escrúpulo alguno de cualesquiera marrulleras artes. Una vez asegurada su superioridad en fuerza bruta, nada debiera refrenarle para apropiarse de aquello que se le antoje. Que se mofe de cualquier censura moral o material que pueda recibir, pues nadie va a tener los arrestos de imponérsela. Y que no tenga ningún prejuicio a la hora de faltar a la palabra dada respecto a los acuerdos a los que hubiera debido verse obligado a aceptar, una vez que se vea con la fortaleza suficiente para convertirlos en papel mojado. Y llegado el caso de que alguien pueda violentarle o imponérsele por sus mismas armas, que llore y patalee hasta el hartazgorecordando que hubo un tiempo en el que sus ancestros también fueron víctimas de similares métodos de los que ahora él emplea, argumento que le legitima a comportarse impunemente como el matón que es. Supongo que nadie considerará, viendo que estas son las reglas por las cuales se rige el mundo, que educar así comporta algún tipo de problema, ¿verdad?
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