¿Qué tiene que ocurrir para que se despierte nuestra sensibilidad ante el dolor ajeno? Epasado día 18 hubo una manifestación en Logroño en solidaridad con Palestina y contra el genocidio perpetrado por el gobierno israelí de Netanyahu.

Publicidad

El titular de la manifestación, en este ... periódico, fue: «Unas 300 personas secundan la marcha contra el genocidio de Palestina».

Dicen que La Rioja es un pueblo solidario y estoy seguro de que lo es. Siendo esto así, tendré que pensar que es una solidaridad selectiva: es capaz de movilizarse contra el asesinato de Miguel Ángel Blanco, son multitudinarias las carreras contra el cáncer o de la mujer… Sin embargo, ante una guerra con más de 35.000 muertos, de los que más de 15.000 son niños, se movilizan «unas 300 personas». 300, como los espartanos de Leónidas. La Rioja tiene 325.000 habitantes, apenas el 0,1%.

Se dan respuestas de todo tipo: «No os movilizáis igual por los asesinatos de Hamás», «los riojanos son temerosos», «los ciudadanos son cómodos y no se mueven». Retórica para no comprometerse con los Derechos Humanos.

La ideología, o falta de ella, no puede ser un obstáculo para comprometerse con la defensa por los derechos de los que sufren y son masacrados, estén donde estén, sean de la religión que sean o defiendan la ideología que defiendan. La dignidad y el derecho a vivir felizmente son inalienables y respetables.

Animo a levantar la voz contra toda vulneración de los Derechos Humanos, en este caso contra un genocidio en el que los niños no son una excepción.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad