El asesinato de la educadora social en Badajoz perfectamente podría haberse dado en Logroño. Las protestas organizadas por sindicatos y colegios profesionales no estuvieron a ... la altura de las circunstancias, estancándose en reivindicaciones comedidas, impersonales y demasiado institucionalizadas. Y es que, sin querer desmerecer su gran labor global, esta vez la cosa no iba de mejoras de salarios y derechos, algo que también debería de suceder, sino que iba de una compañera asesinada mientras trabajaba.

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Pero más arrojo y coraje nos faltó a nosotros, trabajadores y trabajadoras de pisos y centros de menores de Logroño, quienes no fuimos capaces de organizarnos y comprometernos con esta situación que nos afecta de lleno y que lleva tiempo siendo insostenible.

Esto tiene que cambiar, por nuestro bienestar y por nuestro compromiso con los menores, quienes sufren también las consecuencias de esta situación. Sigamos adelante y no dejemos que la muerte de Belén sea una muerte en vano.

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