Publicidad

Sra. alcaldesa:

Allá por septiembre de 2015 recibió usted (al menos, así debiera ser por cuanto le fue enviado) un correo mío para unirme a la protesta por el salvaje arboricidio que su concejal señor Ruiz Tutor perpetró en el Bosque de la Danza.

El Bosque de la Danza, que en cada ejemplar llevaba asociado el nombre de una estrella internacional de esta disciplina, fue concebido como algo bello para perpetuar en nuestra ciudad la estrecha relación entre el arte y la madre naturaleza. Un homenaje a la danza cuyo valor esencial, quizá deba ser la armonía; valor principal, también en la naturaleza.

Con la plantación inicial en mayo de 2009 y otras posteriores -hasta un total de sesenta ejemplares- el espacio bautizado como Bosque de la Danza tomaba consistencia y era cuestión de tiempo que el porte de los arboles consolidara un reducto armonioso donde sentir el pálpito de la cultura y la ecología. ¿Saben ustedes algo de esto conceptos?

El Bosque de la Danza era un patrimonio de cada uno de los ciudadanos de Logroño, un patrimonio abierto al mundo entero a través de los nombres reseñados en la placa que los identificaba. Ustedes no tenían ningún derecho a masacrarlos.

Publicidad

De sesenta árboles, han asesinado cincuenta en una expeditiva acción jamás vista en la ciudad. El concejal de Medio Ambiente, ¡sí, de medio ambiente!, se corona de gloria sacando pecho ante las críticas por su irresponsable vandalismo, «no iba a permitir plantar árboles a cualquiera».

Señora alcaldesa, a usted le corresponde poner en su sitio a su concejal y alejarlo de cualquier responsabilidad referente a nuestros parques y jardines e incluso de cualquier asunto relacionado con el gobierno de la ciudad.

Publicidad

Ahora, ustedes han anunciado 8.000 euros de gasto público, de nuestro dinero, para restituir tan solo quince de los árboles expoliados cuando jamás se hubiera necesitado de un solo euro en caso de haber permitido que arte y naturaleza siguieran danzando en nuestro parque de La Ribera.

Reponen quince, nos siguen debiendo a la ciudad treinta y cinco más., una disculpa y una dimisión.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad